LOS DENTIFRICOS Y CEPILLOS DENTALES
DENTRIFICOS
Para mantener la boca sana, no basta sólo con cepillar las piezas dentales.
Los dentífricos son conocidos como pastas de dientes y desde antaño se han usado para contribuir a la limpieza de los dientes.
Hasta hace pocos años, de los dentífricos, el efecto cosmético era el más considerado, pero los avances tecnológicos ha hecho que en ellos se incluyan substancias con efectos terapéuticos.
Por ello, hoy en día existen en el mercado gran cantidad de dentífricos con efectos diversos sobre las piezas dentarias y las encías.
Si le han prescrito o ha adquirido un dentífrico, podrá saber por su composición las indicaciones precisas del mismo y si su uso debe o puede ser utilizado por toda la unidad familiar.
Error que suele suceder ya que en general los dentífricos usados deben ser distintos según las edades y según las tendencias patológicas bucales.
Así por ejemplo, no utilizará el mismo dentífrico una persona que sus dientes no soporten el agua fría que otra que le sangren las encías.
Los enjuagues que se usan después del cepillado son ideales para mantener sana toda la cavidad bucal; gracias a ellos, las encías no enferman y el aliento recupera la frescura.
COMPONENTES DE LOS DENTIFRICOS
Los dentífricos están compuestos por diferentes substancias y cada una de ellas tiene una función diferente. Son las siguientes:
· Detergentes
· Abrasivos
· Humectantes o humedificantes
· Aromatizantes y edulcorantes
· Colorantes
· Conservantes y Anticorrosivos del tubo
· Substancias antiplaca bacteriana y anticálculo
· Substancias que aumentan la resistencia del esmalte
· Desensibilizantes
· Blanqueadores
· Antinflamatorios y Epitelizantes
· Enzimas Portadores de calcio
· Substancias naturales, vegetales
· Fluor
Una pequeña porción de fluor es buena para prevenir la caries, pero una cantidad excesiva de fluor produce fluoración dental (debilidad y manchado de los dientes), por lo que es indispensable enjuagarse bien la boca tras cepillarse los dientes con pastas dentales que contengan fluor.
CEPILLO DENTAL
El objetivo principal de los cepillos dentales, es remover adecuadamente la placa dental que se encuentra por encima del borde de las encías.
En busca de resolver las diferentes necesidades de cada persona, en la actualidad existen numerosas formas, tamaños y presentaciones de cepillos de dientes.
Es importante en el momento de escoger un cepillo dental tener en cuenta el tipo de dentición, si es decidua, si es permanente o se está en el recambio de dientes.
También deben considerarse factores como la destreza o habilidad manual, el uso de prótesis dentales o de algún tipo de aparatología, removible o fija.
Para la etapa de la infancia, existen diversas recomendaciones para comprar un cepillo dental adecuado para cada niño.
Es importante que los padres consulten durante el primer año al odontopediatra, para recibir asesoría sobre la limpieza de la boca del niño, aún antes de tener dientes.
Para los niños que tengan dientes temporales o deciduos, se recomienda utilizar un cepillo manual con las siguientes características:
Cabezas con bordes protectores, fabricadas con un material plástico, preferiblemente caucho.
Estas cabezas evitan las lesiones que pueden causarse, por la mala utilización del cepillo, con movimientos bruscos o fuerzas exageradas.
Las cerdas deben ser extrasuaves pues en esta etapa, se está limpiando más tejidos blandos como las encías, que los dientes.
Los mangos de los cepillos deben ser antideslizantes, para que permitan un mejor agarre aun cuando el cepillo o la mano del operador estén mojados.
Algunos cepillos tienen una base estabilizadora para que al colocarlo sobre una superficie plana, como el lavamanos del baño, no se caiga y se contamine.
Es importante también que los mangos sean lo suficientemente largos y gruesos para que los adultos puedan sostenerlo fácilmente al cepillar los dientes de los niños.
La cabeza del cepillo dental no debe ser muy grande y podría tener idealmente una forma ovalada o de diamante, para que permita fácil acceso a las zonas posteriores de la cavidad oral.
El momento de cambiar de cepillo dental, varía según la fuerza o la frecuencia del cepillado.
En promedio se sugiere cambiar cada 3 meses el cepillo dental, o cada vez que las cerdas se vean desgastadas, lo que puede ser un problema para los padres de los niños que muerden los cepillos o juegan con ellos.
Es importante mantener el cepillo, con un protector de la cabeza, o en un lugar fresco y seguro, para evitar la contaminación de éste.
También existen los cepillos eléctricos, que tienen como ventaja, la facilidad del uso y la disminución de la necesidad de destrezas, ya que tiene un movimiento automático de su cabeza o de los penachos de las cerdas.
Existen de diferentes velocidades y pueden ser desechables, que duran 3 meses aproximadamente, algunos son de pilas otros de baterías recargables.
No se ha demostrado que sean mejores que los cepillos manuales, sin embargo muchas veces sirven de estímulo o motivación, para mejorar los hábitos de higiene oral en los niños.
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